Llamaremos “rayuela” (dibujo hecho con rayas) a cualquier superficie especialmente preparada para jugar en ella, es decir: pautada, dividida en zonas, acotada de acuerdo a las convenciones de cada juego. Decimos entonces que rayuelas y tableros pertenece a la familia de los planos y los mapas. Los planos son anticipos de la obra terminada, figuraciones de los sueños. ... Y como en la vida de todos los días reducimos en tiempo al espacio, aquello que ésta adelante y lejos es el futuro. G. Scheines.

jueves, 14 de octubre de 2010

MIRADAS

Tal vez podamos explorar brevemente la atención como una relación con el mundo, con los otros y con nosotros mismos que no pase por la intención, ni por la representación, ni por el juicio, ni por la categorización, ni por la tematización, ni por la contabilidad, ni por el cálculo, ni por la guerra, ni por la objetivación.
La atención se relaciona, en primer lugar, como el estar presente. En inglés, attending… por ejemplo a meeting, or a conference, significa estar ahí. Por eso, desde la atención, lo real es el resultado de una cierta forma de estar presente en nuestra relación con el mundo, con los otros y con nosotros mismos. Y estar presente es lo contrario de estar ausente, de estar distraído, de estar desconectado.
(..)La atención se relaciona, en segundo lugar, con el cuidado. En español, atender a algo o a alguien significa tratarlo bien, cuidarlo, estar atento a lo que le gusta, a lo que necesita, a lo que le hace sentirse bien. Por eso, desde la atención, lo real es el resultado de una cierta forma de cuidado del mundo, de los otros y de nosotros mismos. Y cuidar es lo contrario de descuidar, de esa actitud que implica indiferencia y, sobre todo, in-deferencia.
(…)El cuidado (del otro, del mundo, de nosotros mismos) podría ser algo parecido a ese guardar (el vuelo de un pájaro, y no a un pájaro sin vuelos). Cuidar no tiene que ver con encerrar, definir, determinar, tematizar, analizar, investigar. El cuidado se da en un entre, es algo que se da entre las personas, entre los lenguajes, entre los cuerpos, entre los lugares, entre los saberes. Entonces cuidar es una forma de guardar las distancias… de perder las distancias malas (las del poder, las de la indiferencia, las de la hostilidad, las de la vigilancia, las que nos separan mal de nosotros mismos, del mundo y de los otros) y de tomar las buenas (las de la conversación, las de la libertad, las de la compañía, las de la atención, las de la hospitalidad, las que nos acercan bien a nosotros mismos, al mundo y a los otros). Cuidar exige buscar y conseguir la justa distancia: ni demasiado cerca ni demasiado lejos, en el equilibrio justo entre el estar y el no estar, entre las presencias y las ausencias, entre las palabras y los silencios, entre el hacer y el no hacer, entre la intervención y el dejar en paz. Cuidar supone mantener la diferencia como diferencia. Y desde ahí, desde la diferencia, establecer una relación.
La atención se relaciona, en tercer lugar, con la escucha. En francés, attendre es escuchar. Y también en español se puede decir atiende a lo que digo en el sentido de escucha lo que digo. Por eso, desde la atención, lo real es el resultado de una cierta forma de escuchar el mundo, a los otros y a nosotros mismos.
Jorge Larrosa, 2009.

La imágen, correponde a una de las estaciones 
de la muestra  "Berni para niños". (Las infancias que vio Berni). 
Rosario, 2001 - 2010. 

Más información y actividades de la muestra.

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